miércoles, 30 de enero de 2008

DESPUES

Te odio con el odio de la ilusión marchita:
¡Retírate! He bebido tu cáliz, y por eso
mis labios ya no saben dónde poner su beso;
mi carne, atormentada de goces, muere ahíta.

Safo, Crisis, Aspasia, Magdalena, Afrodita,
cuanto he querido fuiste para mi afán avieso.
¿En dónde hallar espasmos, en dónde hallar exceso
que al punto no me brinde tu perversión maldita?

¡Aléjate! Me invaden vergüenzas dolorosas,
sonrojos indecibles del mal, rencores francos,
al ver temblar la fiebre sobre tus senos rosas.

No quiero más que vibre la lira de tus flancos:
déjame sola y triste llorar por mis gloriosas
virginidades muertas entre tus muslos blancos.

martes, 15 de enero de 2008

CADA ROSA TIENE SU ESPINA

Ambos estamos tristes al anochecer
aunque los dos estemos juntos
nada creo que sea igual
por dentro estamos lejos , lo ves
a gran distancia de aquí
no quiero lastimarte
no quiero verte llorar

Porque cada rosa tiene su espina
como cada noche su final
como un pajaro canta
esa triste cancion
rosas con espinas son

Escuche esa cancion en el radio
y escuche al locutor hablar
cuando algo viene facil se va
pero quiero amarte lo sabes
como nunca lo he podido hacer
se que voy a extrañarte ahora
tengo que partir por que se que...

cada rosa tiene su espina
como cada noche su final
como un pajaro canta
esa triste cancion
rosas con espinas son

Y aunque no pueda comprender
puedo sentir todavia el dolor
nada mas puedo decir por que ahora
por que ahora me ire

Cada rosa tiene su espina.

Poison

POEMA 20-PABLO NERUDA

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.